Tuesday, August 7, 2007

What contradictions! What a world! / Clase de contradicciones! ¡Clase de mundo!

Today is a national holiday here—the Battle of Boyacá, one of the decisive battles in the independence campaign led by Simón Bolívar. One of my friends and co-workers here told me that her five-year-old son asked why there’s no school.

“Because of the Battle of Boyacá”
“Battle?”
“There are two armies, and they start to fight with each other”
“They don’t separate them? Why don’t they separate them?

Downtown commerce is reduced, but far from eliminated. Still I haven’t seen any pictures of Bolivar telling me to buy a car or appliances, like Washington and Lincoln do at home.

As the school marching bands and groups of marchers start to form up for the parade, the vendors of food, drinks and umbrellas position themselves and get to work. I always miss them at big marches at home.

Here in Quibdó, you can buy all sorts of appliances, radios, stereos and sound equipment, clothing and other consumer goods. The hardware stores are really wonderful. Not too much in the way of books, but there is a good variety of music CDs available (unless you’re into obscure things like classical music or jazz).

This in the middle of a city in which most people do not have fixed incomes, or if they do, they’re pretty low. So it’s no surprise that one phenomenon that often accompanies the poor is here in force—there are many pawnshops in the center.

And the biggest contradiction of all. Broadband has arrived in Quibdó. I can carry a laptop to the office of my colleagues and log on via a wireless network, exchange email and voice communication via Skype with people in Bogotá and Cleveland, and maintain this blog. Really, it’s wonderful! But in this area, in 2007, there are children who die from simple diarrhea!

Hoy es día festivo nacional acá—la Batalla de Boyacá, una de las batallas decisivas en la campaña independista librada por Simón Bolívar. Una de mis amigas y colegas acá me contó que su hijo de cinco años preguntó por qué no hay clase.

—Por la Batalla de Boyacá
—¿Batalla?
—Dos ejércitos se enfrentan y empeizan a luchar
—¿No los separan? ¿Por qué no los separan?

El comercio del centro queda reducido, mas lejos de estar cerrado por completo. Sin embargo, no he visto dibujos de Bolívar diciendo que debo comprar carro o electrodomésticos, como hacen Washington y Lincoln en casa.

Mientras las bandas de música de los colegios y grupos de marchantes se forman, los vendedores de comidas, bebidas y sombrillas buscan puesto y se disponen a trabajar. Siempre me hacen falta en las grandes marchas en casa.

Acá en Quibdó, puedes comprara muchos tipos de electrodomésticos, radios, estéreos y otros equipos de sonido, ropa y otros oferta de consumo. Las ferreterías de hecho son bonísimas. No hay mucho en la rama de libros, mas si embargo hay un variedad buena de CDs de música (al menos que buscas algo raro como música clásica o jazz).

Todo esto en medio de una ciudad en la cual la mayoría de la gente no tiene ingresos fijos, o in caso de que los tengan, serán muy bajos. Por es no es de sorprender que un fenómeno que muchas veces acompaña a los pobres esté acá en cantidades—hay muchas “compraventas” (casas de empeños) en el centro.

Y la contradicción más grande de todas. La banda ancha ha llegado a Quibdo. Puedo llevar mi portátil a la oficina de mis colegas y acceder a través de una red inalámbrico, cambiar email y comunicación telefónica a través de Skype con gente en Bogotá y Cleveland, y mantener este blog. De hecho, ¡es una maravilla! Pero es esta zona, en 2007, ¡hay niños que se mueren de diarrea simple!

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